Por @alexvillac
En el mensaje con motivo del Tercer Informe de Gobierno, y haciendo uso de un nuevo decálogo, Enrique Peña Nieto anunció la creación de la Secretaría de Cultura.
“La cultura es prioridad nacional para impulsar el bienestar y el desarrollo integral de los mexicanos” – dijo Peña. Y miren que el que lo dice tiene razón: la cultura impulsa el bienestar y el desarrollo integral, no sólo de los mexicanos, sino de cualquier civilización.
Fueron los romanos quienes inventaron el primer concepto de cultura como lo conocemos. Para los romanos, la palabra cultura era adquirir de manera personal el nivel de libertad, el espíritu crítico y la capacidad para vivir que es posible heredar de los grandes libros, el gran arte y los grandes ejemplos humanos.
Hacía referencia al cultivo del campo, a sacarle provecho, a hacerlo crecer. La cosecha del hombre, su crecimiento, desarrollo y utilidad en la sociedad. Es una metáfora del cuidado y aplicación para que algo se perfeccione, como el aprendizaje o la enseñanza. Los romanos fueron los primeros en tomarse la cultura en serio.
Aquí en México tenemos cultura hasta para vender. Contamos con 22,000 bibliotecas; 1,200 museos; más de 1,000 teatros, alrededor de 200,000 vestigios arqueológicos; 135,000 monumentos históricos. Es un patrimonio que muchas sociedad quisieran. En verdad.
¿Y por qué la cultura?, porque la cultura nos humaniza (y vaya que en esta época nos falta el humanismo), nos hace crecer, nos eleva, nos evoluciona, nos hace conscientes y partícipes de un pasado vivo. La cultura sensibiliza. “Es un antídoto para la violencia”, dice el artista Vicente Rojo. Somos un país lleno de cultura popular pero sin pueblo que la conozca, y de ahí, que la admire, y de ahí, que la cuide, procure y proteja.
Hace unos meses veíamos la destrucción de una capilla del siglo XVI de la que nadie fue culpable, así como de pinturas rupestres en cuevas de Tlaxcala atacadas por grafiteros… ningún arrestado hasta el momento. ¿Habrá alguno en algún momento?
La solución al problema no es administrativo, sino de conciencia (parte de la cultura). Es una cuestión ideológica y estructural. Una Secretaría de Cultura no podrá resolver el problema de una ignorancia supina que tanto defendemos.
En 1988, Carlos Salinas de Gortari creó, con anuncios rimbombantes, Conaculta. Sería el órgano que iba a curar los grandes problemas de este tema en el país.
Estamos apelando al mesianismo, ahora institucional. Nos venden la idea de que un órgano administrativo nos va a resolver el problema y falta que la compremos.
Si la cultura fuese medible, se mediría por la animación que despierta una obra en la conversación. La cultura no depende de la cantidad de libros leídos, sino del nivel de la conversación que comparte la felicidad de leer, escuchar, contemplar.
El Presidente de Conaculta, Rafael Tovar y de Teresa dice que no se necesitarán más recursos, sino que será cuestión de ordenar los que ya se tienen, ¿y hasta ahora sale a decir eso?
Elevar a rango de Secretaría traería más beneficios. Sólo falta ver qué dirán los sindicatos del INBA y el INAH.
Falta ver el costo burocrático de esa nueva Secretaría (aunque nos sale más barato liquidar que mantener a tanto burócrata aviador), y falta ver el pago político también.
¿Y del Programa Nacional de Inglés?
México y Estados Unidos comparten una frontera de 3,185 km. Pasa por cuatro estados estadounidenses y seis mexicanos, tiene más de 20 puntos de travesía. Alrededor del 80% de nuestras exportaciones se van para ese mercado. Somos consumidores de programas de televisión, música, autores, eventos, artículos, programas de cómputo y estilo de vida de ese país…
Y no somos un país bilingüe. 194 años de independencia pero 194 años sin visión socio-comercial.
En México, alrededor de tres cuartas partes de alumnos de secundaria tienen el nivel “cero”, es decir, desconocimiento total del idioma inglés; sólo 3% de los jóvenes que egresan de secundaria tiene el nivel requerido para alguien de 15 años. Los jóvenes en Alemania son bilingües. Y hace 70 años, Alemania estaba destruida.
Será interesante ver este programa en acción, y sus resultados.
Por cierto, ¿ya vieron que Aurelio Nuño es guapo?