Por Briana Bell
La gente que es apasionada sobre lo que hace tiende a poner todo su corazón, esfuerzo, cuerpo y alma en sus proyectos, como bailar, cantar, escribir y actuar. Generalmente es fácil ubicar a la gente que hace tal trabajo, simplemente porque recurren a sus pasiones.
Sobresalen entre las multitudes. Tienen un cierto brillo del cual carecen aquellos que están a su lado. La gente que es apasionada sobre lo que hace siempre encuentra formas de destacar y prosperar porque dedican todo a sus trabajos. El talento es grande, pero la pasión convierte lo ordinario en extraordinario.
La pasión es algo intangible, pero poderoso. Es la sensación ardiente en las profundidades de tu alma que crea este amor por ciertas cosas. La pasión se presenta cuando alguien hace algo que ama personalmente.
La conclusión es “amor”. Sin amor, la pasión es casi inalcanzable. El amor es el combustible para encender aquello en las profundidades de nuestras almas. El amor es lo que enciende ese fuego y lo mantiene. La pasión y el amor están interrelacionados: una pareja, un par.
Cuando el amor encuentra su pasión, ya sea jugando fútbol, pintando o bailando, el producto es 100 por ciento dedicación porque es un acto de amor. Con pasión, el combustible es infinito, y la persistencia para traspasar esas actividades nunca morirá, mientras uno tenga amor por ello.
Es por esto que cuando el fracaso entra en la ecuación, la pasión y el amor siempre reemplazan todas las dudas y apuntan al abandono. Por lo tanto, a pesar de todos los fracasos, uno continuará haciendo lo que ama, sin importar si los fracasos exceden los éxitos.
Tal vez pienses, “Bueno eso es genial y todo, pero ¿qué hay de la gente talentosa?”. No me malinterpretes, el talento y la pasión están relacionados, pero también tienen diferencias divisorias. Una podría ser muy talentoso en un deporte, profesión o actividad y aun ser muy exitoso.
Pero, siempre hay una pequeña cosa que falta. Siempre podemos percatarnos de esto porque hay algo que no es evidente a los ojos: el resplandor y amor que hace a esa persona tan cautivadora.
Digamos que hay dos personas, igual de talentosas, bailando con una canción. La persona que llamará tu atención muy probablemente será la que exude pasión como un chorro de gasolina. Esta persona estará bailando, sin importar si alguien está mirando o no – por el amor, no el reconocimiento.
Este es un punto divergente entre los apasionados y los talentosos. Es más una mentalidad y sentimiento espiritual que algo físico.
La gente que tiene talento pero carece de pasión frecuentemente hace lo que hace para llenar sus necesidades egocéntricas por su amor al reconocimiento o la fama. Lo hacen más por otros que por ellos mismos.
¿Cómo reconocemos a los que no lo hacen por pasión?
Te falta pasión si:
- Te encuentras preguntándote cuándo terminará el evento o actividad.
- Lo haces por reconocimiento de otros y no por ti mismo.
- Las opiniones de otras personas controlan si lo haces en vez de ti mismo. Las opiniones de otras personas pesan tanto que renunciarías en un instante.
- Ya no te hace feliz y quizás hasta te enoja.
- Te importa más lo que otros están haciendo y menos tú mismo (especialmente en deportes o cualquier evento competitivo).
- Te tienes que preguntar a ti mismo “¿por qué lo estoy haciendo?” constantemente.
- Es una montaña rusa constante de emociones; un momento lo amas, y el siguiente, quieres rendirte.
- Se siente más como una obligación que otra cosa.
Claro, podrías sumar las incontables horas de trabajo y tu rutina podría ser perfecta, pero alguien que practicó menos podría derrotarte. ¿Por qué?
Quizás porque la otra persona tuvo un poco más de pasión. Si careces de pasión, puedes volverte tan frío e incluso seco si estás vacío de ejecución perfecta.
Si esto te suena impresionantemente familiar, tú, amigo, no estás en el camino de encontrar tu pasión. La única forma de llegar ahí es hacer algo que amas, independientemente de lo que otros piensan y sientan.
Debes considerar hacerlo porque lo amas y lo harías todos los días, sin importar cuánto te pagan o cómo te hace lucir ante los demás.
La pasión por una actividad particular te hace sentir como si hubieras descubierto una parte de ti mismo que nunca antes habías sentido. Te hace sentir una persona mejor, más dinámica y centrada.
El amor irradiará desde tus ojos, cuerpo y alma de forma incontrolable, y la gente lo notará. Se debe sentir natural y cómodo.
Entonces, ¿cómo se encuentra la pasión?
Tienes que llegar al lugar correcto, amigo. La pasión surge del amor y todos poseen la capacidad de amar. Entonces, debes encontrar algo que ames de manera genuina y algo que te interese por completo, algo de lo que nunca te cansarías.
Así es como sabes que si estás haciendo algo que te apasiona:
Pierdes la noción del tiempo.
Tal vez parezca que 30 minutos se convirtieron en tres horas. ¡Ups! El tiempo vuela cuando te estás divirtiendo y haciendo algo que amas. Pareces olvidar muchos problemas de la vida; lo harías todos los días gratis, y si te pagan, ¡es un plus!
Oye, algunos te podrán llamar loco, pero hacerlo es tan divertido, que estarías más que dispuesto a hacerlo gratis.
Siempre está en tu mente y la gente podría llamarte obsesivo.
Entre o durante clases, simplemente no pareces poder olvidarlo. Estás obsesionado y no puedes dejar de investigar, pensar o hablar sobre ello.
Está en tus fantasías, sueños e incluso sale consistentemente en las conversaciones con amigos y familia que podrían o no estar hartos de que estés hablando sobre ello.
Te olvidas de todo lo que te detiene.
Te olvidas de todo lo que te estresa; el éxito y la realización tienen toda tu atención.
No tienes tiempo para preocuparte por el fracaso o lo que los demás piensen porque la única cosa que importa es que estás haciendo algo que amas.
Se siente natural y cómodo.
Se siente como si lo hubieras estado haciendo siempre y con poco esfuerzo, y pareces ser muy bueno en ello.
No tienes que intentar tanto como para lastimarte un músculo, desarrollar una hernia, o peor, llega naturalmente, con una fluidez espontánea que se siente muy familiar y cómodo.
Te hace sonreír.
En la actualidad es difícil que la gente sonría. Pero oye, si lo puedes hacer, debes estar haciendo algo bien.
Te sientes completo, como si tuvieras un propósito.
Es un extra si logras ayudar a otras personas mientras lo haces. Sólo ten cuidado cuando el tarro de bondad se vacíe. Después de todo, no queremos que eso ocurra.
Es cuando necesitamos volver a inspirarnos y llenar ese tarro antes de que perdamos el amor que llega con nuestra pasión.
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