Por @Yorch077
Era el año de 1592 cuando el entonces virrey de la Nueva España, Luis Velasco, ordenó a Luis Carballos la construcción de un hermoso parque que, si bien fue el primer parque público de América, era visitado solo por la clase alta de aquellos años.
Este hermoso y exclusivo parque ubicado en la delegación Cuahutémoc, entre la Av. Hidalgo, Av. Juárez y las calles Zarco y Ángela Peralta, recibe su nombre debido a que en un principio le fueron plantados árboles de la especie “populus alba linn”, comúnmente conocidos como álamos, aunque posteriormente y debido a que por su terreno fangoso los álamos no crecían lo suficiente, estos fueron sustituidos por fresnos, sauces y diversas especies de árboles.
La Alameda central ha sido testigo de muchísimos sucesos, desde los novios que se reunían únicamente para platicar o lanzarse miradas coquetas, los novios que hoy en día se enfrascan en pasionales besos y largas caminatas de amor, hasta sucesos más significativos como aquella entrada triunfal del general Santa Anna en 1846, en la que las fuentes fueron llenadas con ponche para que la población bebiera, en palabras del general, “hasta hartarse”, o como olvidar el atentado que sufrió en 1899 el general y entonces presidente Porfirio Díaz.
La Alameda central no es sólo un excelente lugar para pasar una tarde tranquila con tu pareja, también es el lugar perfecto de inspiración para dar rienda suelta a la creatividad artística, tal como lo hizo Diego Rivera antes de pintar su gran obra “Sueño de una tarde dominical en La Alameda”, puedes observar también el imponente hemiciclo a Juárez, cuya inauguración se llevó a cabo en 1910 y su construcción fue hecha cien por ciento de mármol, qué decir del monumento de Bethoven, donado por Alemania a México en 1921 con motivo del aniversario número 100 de la Novena Sinfonía, y para aquellos románticos, ¿por qué no?, la Fuente de Venus, mandada hacer por los emperadores Maximiliano y Carlota en 1866, para sentirse como en casa, en la mismísima Francia.
No siempre la Alameda Central ha sido motivo de orgullo y belleza, en algún trágico momento de la historia, al poniente del parque se juzgaba y castigaba por la Inquisición a aquellos que no se sometían al régimen religioso, también el parque fue abandonado y descuidado por algunos años después de la muerte del virrey que ordenara su construcción.
La Alameda central ha sido remodelada y cuidada en diferentes épocas de la historia, lo hizo Porfirio Díaz, lo hizo el mismísimo Felipe V de la dinastía de los Borbon, quien ordenó la construcción de la mayoría de las fuentes, y la más reciente remodelación, terminada el 26 de noviembre de 2012, bajo la batuta del jefe de gobierno del DF Marcelo Ebrard y el secretario de desarrollo urbano y vivienda del DF, Felipe Leal.
Hoy tenemos la oportunidad de disfrutar de la Alameda Central e imaginar cómo la disfrutaron grandes personajes de la historia, podemos dar largos paseos como lo hiciera Catalina, o sentarnos a tomar el té y escuchar música como lo hiciera Porfirio Díaz, o simplemente regalar sonrisas como lo hacen los Reyes Magos; sea cual sea nuestra manera de disfrutar de este maravilloso espacio, es importante siempre cuidarlo, respetarlo y preservarlo, para que algún día, los hijos de nuestros hijos imaginen la forma en que hoy nosotros vivimos la Alameda.
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